¿Te has preguntado alguna vez por el poder de las palabras? El lenguaje no solo define el mundo, también lo genera, las palabras pueden crear relaciones o destruirlas, pueden generar un contexto adecuado o crear barrearas que impidan acercamiento, pueden generar autoestima o hundir a las personas.
El poder de las palabras es increíble y nuestra responsabilidad es saber usarlas para crear, para crecer, para construir, en definitiva, para el bien.
Me gustaría compartir con vosotros un cuento en el que se aprecia la importancia de las palabras y de como pueden llegar a cambiar las cosas de decirlas de una forma a decirlas de otra.
Un Sultán soñó que había perdido todos sus dientes. Después de despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño.
-«¡Qué desgracia, Mi Señor!», dijo el sabio. «Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.»
-«¡Qué insolencia! ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! ¡Castigadle!», gritó el Sultán enfurecido.
Más tarde, el sultán consultó a otro sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
-«¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos tus parientes.»
El semblante del Sultán se iluminó con una gran sonrisa y ordenó que dieran cien monedas de oro al sabio. Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
-«¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer sabio. No entiendo porque al primero se le pagó con un castigo y a ti con cien monedas de oro.»
El segundo sabio respondió:
– «Amigo mío, todo depende de la forma en que se dice. Uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse. De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.»
Merece la pena hacer el esfuerzo de decir las cosas por malas que sean de la forma adecuada, creando relación, haciendo feliz a la persona que las escucha. Nadie ha dicho que sea fácil pero desde luego es posible
¿Y tu? ¿Eres de los que genera un mundo mejor con su lenguaje o de los que llena de energía negativa a las personas de alrededor cuando habla? Te propongo esta reflexión, se honesto contigo mismo y si no te gusta lo que descubres…GENIAL !!!!!! estas en disposición de cambiar
Mucho éxito y feliz semana