La muerte y la vida caminan de la mano, no tienen sentido la una sin la otra. Lo único cierto es nuestra propia trascendentalidad; todos, sin ninguna excepción, moriremos algún día. Cuando somos capaces de aceptar esto, es como si todo cambiase mientas estamos vivos.
Cuando perdemos a un ser querido pasamos un proceso de duelo con 5 fases: la negación, la ira, la negociación, la tristeza y la aceptación.
En nuestra sociedad parece que estamos siempre en la fase de negación. La muerte se oculta, nos incomoda, preferimos no pensar en ello… Pero es vital aceptarla, normalizarla, no se trata de temer a la muerte sino de disfrutar de la vida.
Cuando aceptamos esto, empezamos a vivir en consecuencia, priorizamos lo importante, disfrutamos de la vida y del tiempo con la gente a la que queremos. La muerte es el final de la vida, eso está claro pero lo importante es que esa vida haya merecido la pena.
Ahora, imagina con detalle:
Vive como si fueras a morir mañana
Mucho éxito y buena semana