El profesor de Albert Einstein dijo de el que no iba a llegar nunca a ningún sitio, no aprendía nada de memoria y no respondía las órdenes.
De Darwin su madre decía que era vago y soñador y que solo le interesaban la caza y los perros.
Edison era un niño inestable que siempre se metía en líos hasta el punto que su padre tuvo que sacarlo de la escuela empezó a vender dulces en los trenes y fue aumentando así su capacidad creativa.
Unamuno suspendió literatura….
Y así podríamos encontrar un montón de genios que de niños eran un «desastre» para sus padres y profesores.
Todos sabemos que nuestro sistema educativo prima la lengua, las matemáticas y hoy en día los idiomas, el resto de las inteligencias múltiples (musical, ecológica, interpersonal, kinestésica,…) están olvidadas. Los test de inteligencia solo miden inteligencia matemática, linguistica y espacial por lo que un niño con grandes dotes para el baile, la pintura o la música puede no superar estos test o los estándares escolares y eso no significa que no sea inteligente.
El elemento según Ken Robinson es allí donde confluyen las cosas que te encanta hacer y las que se te dan bien. El Elemento es el punto de encuentro entre las aptitudes naturales y las inclinaciones personales.
Encontrar el Elemento es imprescindible para el bienestar y el éxito a largo plazo y, por
consiguiente, para la solidez de nuestras instituciones y la efectividad de nuestros sistemas educativos.
Cuando alguien encuentra su Elemento, descubre todo el potencial necesario para alcanzar mayores logros y satisfacciones.
Estar en nuestro Elemento depende de que descubramos cuáles son nuestras habilidades y pasiones personales. ¿Por qué la mayoría de las personas no lo han hecho? Una de las razones más importantes es que la mayoría de la gente tiene una percepción muy limitada de sus propias capacidades naturales.
Lo maravilloso de esto es que todos tenemos alguna capacidad, algo que se nos da muy bien, algo en lo que destacamos y algo de todo eso nos apasiona, es como cuando estás haciendo una con tal intensidad y disfrute que olvidas que el tiempo pasa y puedes pasarte horas creando, descubriendo, aprendiendo…
El hecho de estar en nuestro Elemento nos lleva más allá de las experiencias comunes de disfrute y felicidad. No estoy hablando simplemente de la risa, de los buenos momentos, de puestas de sol y fiestas. Cuando las personas estamos en nuestro Elemento establecemos contacto con algo fundamental para nuestro sentido de la identidad, nuestros objetivos y nuestro bienestar. Experimentamos una revelación, percibimos quiénes somos realmente y qué debemos hacer con nuestra vida.
Mi elemento, mi pasión son las personas desde que era una niña, tuve la suerte de descubrirlo pronto, cuando estoy con pacientes, en los cursos, en los procesos de coaching, el tiempo se detiene, soy capaz de olvidarme de todo, los problemas, el dolor y me centro como si de una burbuja aislada del mundo se tratara solamente en lo que estoy y es una sensación increíble.
Mucho éxito en tu búsqueda del elemento y feliz semana