El término «ancla» fue acuñado por Richard Bandler y John Grinder, padres de la Programación Neurolinguistica y hace referencia a un elemento, momento o situación que provoca la misma reacción sistemáticamente.
Piensa en determinados olores, canciones, palabras,… que despiertan en ti una reacción y que no sabes porqué. Pues bien, esto son anclajes que tenemos de forma inconsciente.
Los anclas o anclajes tienen mucho que ver con el condicionamiento clásico de Paulov, seguro que recuerdas el experimento en el que a los perros justo antes de darles de comer se les hacía escuchar el sonido de una campanilla, pues bien, después de varias repeticiones los perros quedaban condicionados al sonido y empezaban a salivar sin que hubiera aparecido la comida, el sonido de la campanilla era un ancla que despertaba en ellos la respuesta de salivar, pues al igual que a los perros de Paulov a nosotros también nos ocurren estas cosas.
Yo, por ejemplo, tengo un ancla muy potente con la música Heavy. Escuchaba esta música en mi adolescencia, ese periodo de luces y sombras en el que me creía invencible y capaz de todo lo que me propusiera, tengo tal anclaje de esta música con la sensación de subidón e invencibilidad que hoy en día cuando tengo un momento difícil solo tengo que ponerme esa música para revivir de nuevo todas esas sensaciones de poder y de que soy capaz de solucionarlo.
¿Y tu? ¿Sabes cuales son tus anclajes positivos?
Hablo de anclajes positivos porque no todos lo son, las fobias, por ejemplo, pueden ser una respuesta condicionada de pánico ante un estimulo temido, se despierta en nosotros la sensación de peligro y miedo solo con ver o incluso pensar en el estímulo fóbico.
Lo bueno de las anclas es que se pueden diseñar de forma voluntaria y consciente asociando una respuesta placentera de relajación, por ejemplo, a un estímulo que nosotros mismos fabriquemos.
Va un ejemplo: Piensa en un momento que sea especialmente placentero y relajante para ti, una playa debajo de la palmera, un bosque una atardecer en primavera, el brasero de la abuela una tarde de invierno. Cuando te encuentres en esa situación y estés sintiendo en tu cuerpo todas esas sensaciones de forma muy, muy intensa junta suavemente los dedos indice y pulgar de tu mano y vive esas sensaciones en todo tu cuerpo. Cuando quieras volver a sentir ese mismo estado, solo tienes que juntar de nuevo los dedos índice y pulgar de tu mano para recrear de nuevo las sensaciones placenteras en tu cuerpo.
Parece magia pero te aseguro que funciona, la relajación no es más que un estado que podemos recrear en cualquier momento solo con respirar, cerrar los ojos, tomar una postura determinada,… la única condición es que ese estimulo, postura o gesto esté condicionado o anclado a una determinada respuesta física que hemos conseguido generalmente por repetición. Si todos los días me relajo un rato con un olor determinado, por ejemplo, en circunstancias normales, respirando ese olor mi cuerpo se relajará de forma automática como hacían los perros de Paulov.
Merece la pena condicionarse a según que respuestas ¿no crees?
Mucho éxito y buena semana