Ya sabemos que el lenguaje es el responsable de nuestros procesos de pensamiento puesto que es quien nos permite dar significado a las cosas, la labor de un coach es mostrar al coachee que puede mirar las cosas de forma diferente a como lo hacía hasta ahora y darle otro significado y otro observador para encontrar soluciones diferentes. De ahí la importancia de las distinciones del lenguaje en un proceso de coaching.
Vamos a ver algunas de mis distinciones preferidas
Hechos o Juicios: los hechos son lo que puede observar todo el mundo que esté viviendo esa situación, sin una “interpretación” o “valoración” de los mismos. Los juicios son percepciones o interpretaciones y cada uno puede tener las suyas. Cuando vamos al cine con alguien y al salir y contar la película los dos parece que hemos ido a ver películas diferentes
Compromiso u Obligación: una cosa es hacer algo por obligación “tengo que” y otra por compromiso “quiero hacer esto”…..este último es voluntario, pues no puede existir un compromiso sin haberlo libremente elegido. Cuando nos comprometemos pasamos a la acción de manera directa, puesto que nuestra voluntad esta ya puesta en ello. El compromiso no es algo inflexible”, pues puedes declinarlo, renegociarlo o aplazarlo. El hecho de pensar «tengo que hacer ejercicio» ya te quita las ganas pero ¿como cambia decir «elijo o quiero hacer ejercicio»? desde luego nuestro cerebro está en mejor disposición en el segundo caso.
Excelencia o Exigencia: la exigencia supone exigirse a uno mismo unos resultados, la excelencia es prestar atención a las cosas para hacerlas lo mejor posible, utilizando nuestras mejores capacidades. La exigencia vincula el resultado con lo que uno “es” y se asocia con hacer las cosas de manera perfecta (si uno no obtiene el mejor resultado se frustra y se siente insatisfecho), mientras que la excelencia tiene que ver con el proceso, con dar lo mejor de uno mismo en cada momento, independientemente del resultado que se obtenga. La exigencia no acepta el error, la excelencia si lo hace.
Error o Fracaso: solemos ver los errores como fracasos. Esto tiene unas consecuencias muy importantes, pues no dejamos espacio para el aprendizaje. Nos instalamos en el miedo y en el inmovilismo. Y cuando cometemos un error nos cuesta reconocer que nos hemos equivocado. Pero nadie alcanza un resultado sin haber cometido errores. Por ello los errores han de ser vistos como una parte del proceso, desde la aceptación y como una oportunidad para crecer.
Culpabilidad o Responsabilidad: la responsabilidad es hacerse consciente de como influye mi comportamiento en otros o en las cosas, supone saber cual es el grado de responsabilidad que tengo en lo que ocurre, y asumir esa responsabilidad actuando en consecuencia…..La culpabilidad muchas veces es un mecanismo de defensa para liberarnos de la tensión que supone asumir nuestra propia responsabilidad y así buscamos las causas de las cosas que nos pasan fuera de nosotros. Cuando uno adopta el “rol” de victima uno no asume ninguna responsabilidad por su comportamiento.
Sinceridad o Sincericidio: ser sincero no significa decir todo lo que uno piensa, sino no decir lo contrario de lo que se piensa. Hay circunstancias en que hacer ciertas declaraciones supone exponerse a unas consecuencias que son negativas para uno mismo o para los demás. Ser sincero es importante pues existe una relación estrecha entre la sinceridad de una persona y el nivel de confianza que se tiene en ella. Sin embargo, ser un “sincericida”, supone muchas veces exponerse uno mismo o exponer a otros, traspasar los límites de la cordialidad y las buenas maneras, y poner al descubierto nuestra falta de empatía. La sinceridad radical es tan negativa como la mentira patológica
Aceptación o Tolerancia: la tolerancia, según Maturana, es una negación suspendida temporalmente. Supone la no aceptación de la legitimidad que tiene el otro, tiene una connotación de indulgencia, pues permito algo pero no lo apruebo. Sin embargo, la aceptación implica el reconocimiento de la misma legitimidad en el otro, aunque nos cueste entender, y no compartamos, como actúa, como piensa o como siente.
Dolor o Sufrimiento: Buda dijo que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional. Muchas veces no podemos evitar el dolor, pero si podemos evitar el sufrimiento extra que añade nuestra mente cuando dejamos que eso pase a ser el centro de nuestra existencia.
Problema o Reto: un problema tiene una connotación negativa mientras que un reto la tiene positiva. El problema supone una amenaza mientras que el reto supone una oportunidad. Hay personas que ven los problemas como retos en lugar de amenazas, como oportunidades para demostrase a sí mismas su capacidad de hacer frente a esa situación. Y es que ver las cosas como un problema o como un reto siempre depende del tipo de observador que uno sea. Si cambiamos nuestra mirada y vemos las cosas desde el amor y no desde el miedo, como una oportunidad para el cambio y el aprendizaje, estas dejan de ser problemas o bendiciones….parece así más sabio enfocarlas como situaciones vitales, retos u oportunidades, y aprender del proceso….
Ocuparse o Preocuparse: cuando nos preocupamos le damos vueltas a las cosas, anticipamos consecuencias negativas, buscamos soluciones que no nos satisfacen y vivimos en un estado de ansiedad. Una cosa es ocuparse de las cosas o de las personas, y otra muy distinta es preocuparse por ellas. Hay personas que siempre andan en la preocupación y, sin embargo, no se ocupan de nada. Cuando nos ocupamos de las cosas, actuamos directamente o bien tenemos una hoja de ruta, un plan de acción, vemos posibilidades para resolver las situaciones.
Piensa en estas distinciones y cambia el observador que eres, es la forma de experimentar la magia…..
Mucho éxito y buena semana