La semana pasada hablamos sobre el estrés, concretamente sobre qué es y qué síntomas tiene, esta semana hablaremos sobre porque se produce.
Los llamados estresores actúan sobre nuestro cuerpo activando el estrés.
Son disparadores que tenemos en la vida diaria que, a veces en forma aislada o todos en
conjunto, actúan estresándonos. Algunos de ellos pueden ser:
-Sobrecarga en el trabajo
-Poco tiempo para realizarlo
-Ambigüedad de rol
-Malas relaciones personales
-Cambios inesperados en la organización
-Excesiva responsabilidad
-Trabajo repetitivo
-Falta de apoyo social
-Mala adaptación al ambiente
-Preocupaciones diversas
-Problemas económicos
-Situaciones dramáticas
-etc…
Desde luego estos acontecimientos pueden aumentar el estrés, pero ¿porque hay personas a las que esto les afecta mucho y a otras nada?
No es el acontecimiento en sí, sino nuestra reacción ante ese acontecimiento la que nos genera estrés, por ejemplo, nos llama el jefe al despacho, el acontecimiento es simplemente este pero la reacción que tengamos depende de nuestra percepción de lo que va a pasar allí, si pienso «me va a despedir, seguro que me dice que las cosas van mala y que tiene que prescindir de mi» esto me va a causar malestar, tensión,… pero si pienso » seguro que quiere felicitarme por lo bien que estoy haciendo las cosas» me sentiré mejor, en cualquier caso no tengo ni idea de lo que va a pasar en ese despacho y el acontecimiento es el mismo, lo que cambia es mi pensamiento.
No tenemos control sobre los acontecimientos, pero sí podemos tenerlo sobre nuestra reacción ante tal acontecimiento.
El estrés, en condiciones apropiadas es bueno para nosotros, como por ejemplo: si estamos en medio de un incendio, nos ataca una fiera, o un vehículo está a punto de atropellarnos, porque los cambios provocados por el estrés resultan muy convenientes, ya que nos preparan de manera instantánea para responder oportunamente y poner nuestra vida a salvo.
ESCUCHAR NUESTRO CUERPO
Debemos estar siempre atentos a los mensajes que el cuerpo nos envía. Si no escuchamos cuando el cuerpo nos susurra alguna queja, luego empezará a hablarnos más fuerte con ciertos dolores musculares típicos, más tarde nos comenzará a gritar transmitiéndonos que algo anda mal, con cansancio, dolor de espaldas, del cuello o de la cabeza. Posteriormente seguirá el dolor y la enfermedad se agudizará por no haberle prestado atención.
Es como si el cuerpo se fuera deslizando lentamente hacia la enfermedad del estrés durante mucho tiempo de abuso e inconsciencia.
La mayoría de las personas habitualmente no somos conscientes de nuestros cuerpos y de las señales que nos envía y después sufrimos las consecuencias.
Afrontar y vencer el estrés es una actividad práctica y hay que realizarla mediante pequeños pasos, en forma tranquila y relajada, pero, al mismo tiempo perseverante.
El primer paso para resolver el estrés consiste en conocer, con la mayor exactitud posible, de que se trata y cual es su verdadera dimensión. O sea, tomar conciencia de que uno está estresado.
Ignorar el estrés y sus consecuencias es la mejor manera de que éste se perpetúe y poco a poco nos destruya. Tenemos que conocerlo, porque no se puede luchar contra quien no se conoce, su eliminación requiere conocer su origen y su naturaleza.
La próxima semana… Como prevenirlo !!!
Buena semana