INTELIGENCIA EMOCIONAL: EL MANEJO DE LAS RELACIONES

No hace falta explicar lo importante de las destrezas en las relaciones humanas, pero sí conviene definir hasta qué punto son determinantes en todos los aspectos de nuestra vida. Por ejemplo, estudios realizados por la fundación Carnegie, demostraron que aún en trabajos técnicos como la ingeniería, cerca del 15% del éxito financiero de cada profesional se debe al conocimiento técnico, y al rededor del 85% se debe a la habilidad en Ingeniería humana, es decir, a la personalidad y la capacidad para tratar con las personas. 

Uno de los principales expertos mundiales en relaciones públicas, Henry Rogers, sostiene: ‘Desarrollar sus potenciales en las relaciones será más importante para su carrera que todo el conocimiento académico que adquiera en la facultad, más importante en la determinación de su futuro como licenciado en arte, en ciencias, doctor en ciencias económicas, en leyes o incluso en filosofía. Permítame que se lo presente en forma de máxima: en la medida en que se relacione sensible  y  adecuadamente (y sí, incluso cautivadoramente) con las personas y los hechos que enfrente, tanto en su trabajo como en la vida personal, tendrá éxito».

Una vida plena y exitosa se construye gradualmente a partir de una serie de interacciones cotidianas con otros seres humanos, en las que algunos intercambios son vitales y otros triviales; sin embargo, ninguno deja de tener consecuencias. De hecho, el índice del éxito profesional y personal estará determinado por la forma más o menos eficaz en que manejes dichas interacciones.

Los demás son muy importantes. En definitiva, sea cual sea el aspecto bajo el que lo miremos, siempre que lo hagamos sanamente, no hay nada en el mundo que sea tan importante como las personas.

Pero ¿cuales son las estrategias necesarias para manejar las relaciones?

Además de la empatía de la que ya hablamos la semana pasada, uno de los elementos mas importantes para mejorar las relaciones interpersonales es la escucha activa, en la que ponemos atención, hacemos preguntas, tratamos de comprender el punto de vista del otro, le demostramos aceptación, lo miramos a los ojos, y con la expresión de nuestro cuerpo, le demostramos que seguimos su discurso.

Los sistemas educativos se han preocupado por desarrollar la razón y han dejado a un lado los sentimientos, enseñándonos a reprimir nuestras emociones, lo que hace que anulemos una parte de la comunicación con los demás que no pueden saber cuando estamos tristes o enfadados, además de las repercusiones que eso tiene en nosotros, reprimir emociones produce enfermedades psicosomáticas.

Tampoco se trata de expresar las emociones como un ciclón que pueda hacer daño a los demás, sino hacerlo adecuadamente, es decir, a la persona adecuada, en el momento oportuno y con la intensidad y claridad necesarias. Una expresión correcta de sentimientos requiere además congruencia entre el mensaje verbal y no verbal, entre las palabras y el tono de voz.

Todo esto indica que debemos tener en nuestras interacciones una conducta asertiva, que supone defender nuestros derechos, opiniones, ideas y deseos, mientras respetamos al mismo tiempo el de los demás.

No es fácil dominar las relaciones pero con ganas y un poco de práctica se consigue, ánimo y feliz semana

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