Eta semana terminamos con las emociones «incómodas» hablando de lo importante de la tristeza.
La tristeza suele ser una de las emociones que peor toleramos, normalmente no nos permitimos estar tristes. Recuerdo una paciente que acababa de perder a su marido y no quería tener esa sensación de tristeza así que se fue al médico para que le diera pastillas y lo peor es que el médico le recetó antidepresivos. Hay una gran diferencia entre estar triste y estar deprimido. Cuando perdemos a alguien es normal estar triste, llorar, no tener ganas de nada,… pero estas situaciones forman parte del duelo normal que hay que hacer ante un pérdida, es más, no hacer el duelo y pasar por todas las etapas (negación, ira, tristeza, aceptación) nos dificultaría mucho poder afrontar la nueva situación y aprender a vivir sin esa persona.
Normalmente nos educan para reprimir la tristeza, no es algo que haya que mostrar sobre todo los hombres, parece que esta emoción sea más femenina, a las mujeres se nos permite llorar y necesitar consuelo pero en los hombres está peor visto aunque afortunadamente cada vez los hombres empiezan a mostrar más sus emociones.
Desde luego reprimir la tristeza tiene consecuencias, antes o después acaba saliendo y si no lo hace de forma natural formando parte del duelo se convierte en patológica y puede llevarnos a una depresión, por eso es muy importante sentir la tristeza y como el resto de las emociones escucharla para que nos dé información, no sirve de nada mirar para otro lado.
La tristeza nos indica qué cosas nos importan, por eso algunas pérdidas duelen por que esa persona o cosa nos importaba por eso es tan importante pasar por el proceso de duelo para darnos cuenta de lo realmente importante y aprender a vivir sin ello, esto supone la aceptación en el proceso de duelo, no se trata de olvidar sino de aprender a vivir sin esa persona o situación.
La tristeza tiene una función social que es la de dejarnos ayudar y buscar consuelo en otras personas y además cumple una importantísima función biológica:
Cuando estamos tristes se produce en nosotros un descenso en la actividad y una desmotivación por hacer cosas además de que aumenta la actividad neurológica, gracias a estos cambios podemos reflexionar, analizar la situación y ahorrar energía en ese momento de mucho desgaste. Es algo parecido a lo que ocurre cundo los animales hibernan. Si estos animales con un gasto energético tan importante a nivel metabólico consumieran la poca energía que les queda en buscar alimento, morirían. De ahí que lo que hagan sea guardar esa poca energía para mantenerse con vida y con el buen tiempo salir a buscar alimento que ahora si estará disponible. Esa es la función de la tristeza, ahorrar nuestra energía para que cuando sea el momento de salir adelante podamos hacerlo, así que es muy recomendable que pasemos los duelos aceptando la tristeza, sin fármacos ni anestesias, escuchando lo que nos dice el cuerpo y la mente y tolerando mejor esta emoción. Generalmente pensamos que va a ser pero que lo que realmente es, el ser humano tiene mucha más capacidad de lo que creemos para salir adelante y afrontar cualquier situación
Merece la pena observarnos y creer en nuestra capacidad.
Espero que estas reflexiones os hayan ayudado a aceptar mejor estas emociones incómodas pero tan necesarias y adaptativas.
Os dejo un enlace al trailer de la película «del revés» donde la protagonista absoluta es la tristeza. Os recomiendo la película encarecidamente con niños o sin ellos, muy interesante para ver la función de las emociones
Mucho éxito y buena semana