Para convivir toda sociedad necesita unas normas. La familia constituye el primer grupo social al que pertenece el niño, en el que aprende a convivir. El establecimiento de normas y límites en el contexto familiar supone uno de los factores de protección más significativos para reducir la probabilidad de aparición de conductas de riesgo, tanto en la infancia como en la adolescencia. El papel de los padres en este ámbito se centra en establecer y aplicar unas normas claras, pertinentes y razonables. El abanico de posibilidades a la hora de inculcar esas normas en nuestros hijos abarca desde la total permisividad hasta un control absoluto. Entre un extremo y otro existe un modelo que deja espacio para la libertad, y que supone educar a los hijos en la capacidad para tomar decisiones y para actuar de forma responsable ante los diferentes retos de la vida cotidiana.
PAUTAS PARA ESTABLECER LAS NORMAS
Pensar en la norma: Si los padres ya han evaluado la necesidad de la norma, es necesario que sea de común acuerdo. Es conveniente que los padres analicen conjuntamente el comportamiento que se quiere implantar. Pueden servir de guía las siguientes preguntas: • ¿Qué comportamiento queremos tratar? • ¿Cómo deben actuar para cumplirla? • ¿Cuándo entra en vigor la norma? • ¿Cuándo se aplican las consecuencias? • ¿Cuáles son las consecuencias del cumplimiento? • ¿Cuáles son las consecuencias del incumplimiento?
Comunicar la norma: Es importante buscar un momento adecuado para hablar con ellos y explicar por qué es necesaria esa norma. También las consecuencias positivas que se derivarán de su cumplimiento o las consecuencias negativas en caso de incumplimiento.
Puesta en marcha: Es el momento de mantenerse firmes, pero colaboradores, animando en el cumplimiento y destacando los avances y éxitos. Aplicando las consecuencias previamente establecidas.
Revisión y evaluación: La asunción de las normas y su cumplimiento por parte de los hijos requiere la concesión de un margen de tiempo.
COMO DEBEN SER LAS NORMAS Y LÍMITES
CONCLUSIÓN: Todas estas pautas o recomendaciones, por si mismas no funcionarán si no hay un clima de afectividad y reconocimiento al hijo o hija, el estilo democrático que es desde el que apostamos y queremos trabajar. Las dos caras de una misma moneda, el afecto y las norma, para conseguir acompañarles en el tránsito hacia la vida adulta, y que lo hagan de una manera responsable.
MUCHO ÉXITO !!!!!!!